‘Death Stranding’ de Kojima: análisis del juego
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Lo último de Hideo Kojima, Death Stranding, es una experiencia jugable nunca antes vista y tiene infinitas razones para participar, ¡te explicamos por qué!
Que Hideo Kojima es uno de los desarrolladores más importantes de la industria del videojuego es algo que hoy en día nadie duda. Que sus obras suelen encontrar una manera de destacar por encima del resto, también. Y Death Stranding, su última creación, no es para menos. Para algunos, sobrevalorada. Para otros, la creación de un nuevo género.
Te guste más o menos, merece la pena jugarlo. Su narrativa, la forma de transmitir un mensaje optimista y necesario, lo extravagante que llega a ser a veces el gameplay… son muchas las razones que deberían motivarte a, al menos, probarlo.
¿Un walking simulator?
Uno de los términos más despectivos en el mundo de los videojuegos es el de walking simulator. Se utiliza para referirse a una obra en la que lo “único” que hay que hacer es andar y contemplar el paisaje, prestaciones que bien diseñadas pueden configurar auténticas obras de arte, como Everybody’s Gone to the Rapture o Journey. Pero no, Death Stranding no es un título de este género. O al menos no al uso.
Sí, es indudable que tienes que recorrer largas distancias andando, pero nada alejado de otros mundos abiertos como los últimos Assassins Creed o Horizon Zero Dawn, por ejemplo. Puedes usar medios de transportes o viajes rápidos para ello, y por el camino también tendrás que enfrentarte a enemigos (los MULES y otras bestias).
Y, además, las rutas son un verdadero reto: tendrás que elegir la mejor manera de atravesar los escenarios mediante una ruta bien diseñada y el equipamiento adecuado para que tus cargas no se dañen. Demasiado peso puede hacer que tropieces y que todo lo que lleves se pierda, muy poco hará que te recompensen con pocos likes.
Una historia de esperanza y comunicación
Sí, uno de los puntos fuertes del juego es una historia muy bien labrada y con tintes de esperanza donde la comunicación entre seres humanos es la única herramienta contra el apocalipsis. Sam Bridges (Norman Reedus) es un repartidor que se encarga de atravesar todo el país llevando cargas con las que la gente puede conectarse a Internet.
Entre su equipamiento cuenta con una mochila que contiene una jarra de cristal con un bebé en su interior que le hace las veces de sentido arácnido de enemigos.

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Empatizar con el protagonista es, además, muy sencillo: es un ser aparentemente muy común, como el resto de los mortales. No tiene superpoderes. No es excesivamente inteligente. No tiene un entrenamiento sobrehumano. Es un humano de carne y hueso. Todo se siente más real. Atravesar un monte tras sufrir una lluvia de ácido (que hace envejecer a humanos y romper objetos) que casi nos hace perder la misión, acaba resultando una auténtica sensación de superación.
No es solo que tengan las frases y los diálogos más impresionantes de la escena contemporánea de los videojuegos: el juego contiene también significados más profundos del que aparentemente nos quieren hacer llegar y que solo con un visionado atento y las orejas abiertas se puede llegar a comprender.
El principio es lento y tarda en arrancar, pero una vez la trama comienza a desarrollarse a la perfección, los giros argumentales y los golpes de efecto son memorables.
El ‘landscape’ de Ciudades Unidas
El apartado gráfico de Death Stranding es espectacular, de matrícula de honor. Las horas y horas que pasaremos andando de una localización a otras serán menos duras gracias a escenarios igual de realistas o más que los de una película de cine.
Precisamente, la magnífica ambientación casa a la perfección con ese interés del director de buscar que el jugador no se dedique solo a disfrutar de la experiencia jugable, sino también que repose, medite y reflexione sobre el mensaje que se transmite.
Otro elemento que también conjuga milimétricamente con la idiosincrasia del título es el multijugador: de hecho, el director recomendó jugar conectados a internet. Las construcciones que hagamos, esto es, los artilugios y herramientas que usemos para atravesar ciertos espacios, dejarán una especie de halo que aparecerá en las pantallas de otros jugadores y que también podrán usar. Estos podrán dejarnos likes que usaremos para subir de nivel y mejorar habilidades y la capacidad de carga.
Acaba siendo habitual ver por los diferentes mapas, carreteras, torres de vigilancia, etc. que nos serán de mucha utilidad y facilitarán el trabajo. Incluso se podrán ver anuncios o símbolos que dan información muy útil, como enemigos, objetos o incluso vistas increíbles.
Una de las críticas mejor elaboradas, que no significa que sean más certeras, es el sistema de combate. Precisamente, muchos se han sentido decepcionados porque esperaban que Death Stranding también acogiera mecánicas propias de los shooter. Pero si algo buscaba Kojima era evitar los combates, por eso el gameplay de lucha es bastante pobre. Los jefes finales parecen metidos con calzador para intentar contentar mínimamente a estos y por eso es probablemente lo peor que ofrece la obra.
Lo último de Hideo Kojima se centra en tratar de hacer que los jugadores valoren el momento y disfruten conectando con otros seres humanos. Para ello, es importante que mantengamos una salud de hierro. Confía en MAPFRE para tener a tu cargo a los mejores médicos que te ayuden a seguir ese estilo de vida.