Los streamings: de público nicho a alternativa real a la televisión
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El corto de Ibai Llanos presentando la nueva PlayStation 5 durante un streaming que se ha estrenado en Netflix demuestra el gigantesco desarrollo del formato.
No hace mucho tiempo, los streamings y gameplays comentados eran cosa de un público nicho, presumiblemente joven y cuyo contenido cultural favorito eran los videojuegos. Pero poco a poco han conseguido asentarse en el imaginario colectivo hasta irrumpir y convertirse en la verdadera alternativa a la televisión, ya no solo para la audiencia, sino también para las grandes marcas y la publicidad.
La mejor prueba de ello, la encontramos en el éxito de Ibai Llanos, que estrena en Netflix el corto Unboxing, rodado durante un streaming en el que presentaba la nueva PlayStation 5.
La naturaleza de los streamings se corrompió con la publicación de este corto: se dejaba atrás la naturalidad, la pequeña producción con una simple cámara de streaming y el protagonismo del creador de contenido para acogerse a un guion preestablecido, un presupuesto potente y el protagonismo de un producto y no una persona en sí mismo.
Para el corto que dirige Jaume Balagueró, la productora FCN&Fire recreó a la perfección la habitación desde la que trabaja Ibai, lo que permitió que la gente no se diera cuenta de que estaban ante un contenido totalmente diferente al habitual.
Si algo caracteriza al nuevo cortometraje es que intenta partir de uno de los elementos más significativos de los directos: la ruptura de la cuarta pared, la conexión constante con el espectador, esta vez con un mediador entre ambos como es Netflix.
Según Alba Vence, CCO de la productora, “este es el camino que queremos abrir para generar nuevas formas de contenido”, eso sí, “respetando los códigos del lenguaje de los streamers”.
Las grandes marcas del entretenimiento cada vez ven con más atractivo un público al que, aunque sí han llegado a conquistar, nunca han conseguido fidelizar de la misma forma que los pequeños creadores de contenido. La alianza de Netflix y PlayStation es la primera, pero no será la última, ni mucho menos.
Twitch y la ruptura con la audiencia tradicional
Lo cierto es que los streamings y la consolidación de Twitch como plataforma habitual de creadores de contenido ha roto totalmente con la consideración clásica de audiencia: estos han dejado de ser sujetos pasivos cuya relación con los productos era distante, inamovible y unidireccional.
Antaño, la única capacidad soberana de los telespectadores para decidir el rumbo de un programa era apagar o encender el televisor. Actualmente, estos pueden decidir el juego al que quiere jugar el creador de contenido, mantener una charla con él a través del chat, apoyarle no solo siguiendo su canal, también suscribiéndose… Esto supone un cambio espectacular del que poco a poco se van haciendo eco los gigantes de la industria audiovisual.
Una de las grandes consideraciones a tener en cuenta es la posibilidad de empezar con un presupuesto ínfimo, ya que no se necesitan grandes infraestructuras: un ordenador, una cámara y a volar.
Lejos quedan las grandes plantillas, los guiones elaborados o los actores profesionales. Los streamings son justo lo contrario. Y aunque en un principio eran principalmente de videojuegos, poco a poco hemos podido ver una diversificación de géneros: programas periodísticos como Esportmaniacos, tertulias como el Chiringo de SLO, sesiones de entrenamiento o de ASMR…
Los streamers, cada vez más demandados por las marcas
El movimiento de Ibai Llanos y cía por G2 no pillaba a nadie por sorpresa. Son cada vez más comunes los clubes de deportes electrónicos que no solo invierten parte de su presupuesto en fichar a jugadores, también a creadores de contenido que permita acercar al equipo a su público. Es una maniobra comprensible teniendo en cuenta que las sociedades de esports no cuentan con la masa social que los deportes tradicionales, algo a lo que quieren aspirar.
El conjunto malagueño Giants Gaming implantó recientemente una estrategia similar: creó la Giants Crew, una plantilla de 11 creadores de contenido de perfiles muy diferentes —Manute, Chuso Montero, Thanix229…— que expanden la marca del club en cada retransmisión y la acercan a su audiencia.
Fuera del ámbito de los videojuegos y esports, las marcas también están interesadas en la esponsorización de los streamers: cada vez es más habitual ver a marcas deportivas, de ropa o de comida incluso patrocinarles y así entrar de lleno en un público muy localizado y concreto.
Lo cierto es que es prácticamente imposible predecir cuál será el futuro de los streamers, puesto que están avanzando a un paso gigantesco y son un formato tan moderno que, todo lo que se avecine, será una auténtica sorpresa.
Periodista especializado
Colaborador de MAPFRE